Al permitir que todos los errores de mi mente sean corregidos, permito que la verdad entre en mi vida y que no haya más espacio para las ilusiones.
Me permito saber profundamente que soy feliz eternamente y que no hay nada que pueda alterar la paz absoluta en la que se encuentra mi Ser. El sufrimiento y la muerte no existen, son ilusiones que ha creado mi mente al haber dejado de prestar atención a mi Ser.
Todo lo que hay a mi alrededor son regalos que la vida me está ofreciendo continuamente, recordatorios de mi Ser, de quien soy, de mi plenitud, de mi belleza y de la de todos los que me rodean. La vida se convierte en una Oda de gratitud a mi Ser por todo lo que se me está dando continuamente, en cada instante de mi vida.
La paz y la maravilla envuelve silenciosamente cada cosa que veo, porque ahora estoy atenta a mirarlo.
Mis labios solo pueden pronunciar palabras de dicha, agradecimiento, bondad y amor por todo y por todos los que me rodean.
Dios me ha creado, y yo estoy en Él. No voy solo, nunca lo estuve y nunca lo estaré aunque haya decidido a veces crear escenarios de horror y soledad, puedo respirar aliviada sabiendo que no son ciertos, que solo fueron una creación de mi mente.
Y ahora que he permitido que la verdad y la paz alboreen en mi mente ya no los necesito pues el cielo que Él me ofrece es el único lugar donde deseo estar. Y es Aquí donde está. Y es Ahora donde está. Doy infinitas gracias.
Reflexion sobre la lección 106 de «Un Curso De Milagros».
1 comentario. Dejar nuevo
[…] 2-La ignorancia: creer que sé algo cuando en realidad estoy equivocado. Como veis está muy ligado al primero. […]