Una amiga me mandó el otro día un video muy cortito que me conmovió profundamente, que habla de las posibilidades de que existamos tal y como existimos (lo encontrarás aquí abajo).
Normalmente vamos por la vida pensando que todo lo que ocurre es normal, desde los sucesos hasta las cosas: un coche, un ordenador, un vaso, una mano, un pájaro, una persona.
Vemos las cosas, las etiquetamos y les damos un nombre y ya está, ya no las vemos, en realidad.
Sin embargo, existe otra manera de mirar las cosas, de ver cada mota de polvo con ojos nuevos. Y esto puede ocurrir cuando te das cuenta del milagro y de lo alucinante que es que tu existas como existes. Y de que todo lo que existe a tu alrededor exista como existe.
Ahí puedes ir más allá de la realidad “conocida” y empezar a ver la vida con otros ojos. Con los ojos de la vida. ¡Con los ojos de los milagros!
Y es que no es normal lo que nos rodea, no es normal. Solo lo vemos normal porque lo miramos con los ojos del pasado, con todas las etiquetas y significados que ya tienen para nosotros. No lo miramos desprovisto de cualquier etiqueta, como un niño descubriendo todo por primera vez.
Y es que no es lógico o normal que estemos aquí, ¡que existamos como existimos! Es por algo. Estamos aquí por algo, no por azar, no porque es lo normal. Nuestra vida no es normal. ¡Es algo extraordinario! Solo nuestra mente le da la etiqueta de “normal”.
Así que sabiendo que es alucinante que estemos aquí, que es por algo, que no es casualidad, podemos entonces abrirnos a la posibilidad de ver que estamos vivos para ser felices. Y ser felices comporta también realizarnos.
Esto para mí significa no necesariamente hacer lo que alguien espera de nosotros, ni lo que es correcto socialmente, sino simplemente hacer lo que nos gusta hacer, lo que nos llena el corazón, porque es ahí donde estamos dando lo mejor de nosotros mismos, es ahí donde el Universo puede expresarse en toda su potencialidad a través de nosotros.
Es así como estamos amando realmente nuestra vida, cuando damos lo mejor de nosotros mismos, porque entonces estamos actuando para el beneficio de todos los que nos rodean, más allá de lo que piensen los demás al respecto.
Aunque en realidad no necesitamos hacer nada, ¡nuestra vida es ya algo grande! (Nos demos cuenta o no de ello).
Quizás la diferencia es que cuando eres consciente de ese milagro que realmente eres…puedes darte el permiso de dejar el miedo a un lado y sacar lo mejor de ti, y con ello, lo mejor para todo el Universo, pues cada pensamiento, cada palabra y cada acción tiene un impacto en todo el Universo.
Aquí os dejo el video. ¡Gracias Farid Dieck!
Y a todos, feliz momento. ¡Feliz vida!
Instructora de mindfulness. Terapeuta transpersonal y maestra de Reiki.
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[…] con el puro placer de asomarse al sol, sin miedo a desaparecer, simplemente gozando por el hecho de existir y experimentarlo […]