las relaciones sin tiempo ni espacio

Las relaciones sin tiempo ni espacio

Las trampas de la mente en los duelos

Tenemos muchas veces la sensación cuando alguien desaparece de nuestra vida, ya sea porque haya fallecido o porque dejemos de saber de ella, que la relación con esa persona ha terminado para siempre.

Y efectivamente, su cuerpo, su voz, ya no están presentes en nuestra vida. Y eso produce un duelo en nosotros, ya sea más pequeño o más grande, más consciente o inconsciente.

Aparece la tristeza o la sensación de soledad, carencia o pérdida, porque la relación que teníamos con esa persona ha dejado de existir tal y como existía.

Sin embargo a menudo nos equivocamos en algo importante: la relación no termina con la partida de esa persona. Ninguna relación termina realmente porque esa persona ya no esté físicamente a nuestro lado. La relación continúa en otros niveles, en otros planos.

Es muy posible que me encuentre a veces con esa persona por la noche durante mis sueños, porque esa relación sigue ahí.

Pero lo más interesante aquí es preguntarme: ¿Cómo me relaciono yo con el recuerdo de esa persona en mi mente?

Porque cuando yo pienso en esa persona, hay un sentir que acompaña ese recuerdo porque esa relación sigue presente en mi mente y en mi corazón.

Hace poco me di cuenta de algo profundamente interesante y es el hecho de ver cómo mi mente utilizaba el recuerdo de una persona con la que había vivido una relación preciosa, para ahora al recordarla, hacerme sentir mal cuando su imagen aparecía en mi mente, ya fuera por la tristeza de que ya no estuviera, o por culpa en algún sentido hacia mí misma o hacia él. Y pude ver como mi mente cogía algo que fue precioso en el momento que esa persona estaba presente, para utilizarlo ahora como una excusa para hacerme daño, por el simple hecho de que el otro ya no estuviera.

De hecho, en los momentos de alegría muchas veces, me venía un recuerdo de alegría en mi relación con esa persona, y entonces de repente al recordar que ya no está o como fue el final, de repente empezaba a sentirme mal. Y yo me pregunto:

¿Cómo es posible que de estar en un estado de ánimo alegre y feliz pase a sentirme triste sólo por un recuerdo que además irreal? Puesto que ese recuerdo es simplemente una imagen en mi mente creada por mí en el instante presente.

¿Cómo es posible que yo elija dar el poder a ese recuerdo que es MI recuerdo, totalmente subjetivo, para de repente de una relación que siempre fue hermosa, crear algo malo para hacerme daño?

Posiblemente sea una defensa del ego, que cree que necesita en algún nivel atacar al otro, a sí mismo o a la vida, paradójicamente, para sentirse a salvo.

Pero lo cierto es que esa defensa no es necesaria en absoluto.

¡Que libertad poder ver eso desde el presente! Darte cuenta de que ahora en el presente tú tienes el poder de decidir cómo te vas a relacionar con ese recuerdo.

Y darte cuenta de que si sientes culpa o rencor por algo que sucedió ahí (o quizás hacia la vida) en este mismo instante tienes el poder de entregar esa manera de ver al otro, a ti mismo o a esa situación, y abrirte a ver todo eso con otra mirada, con los ojos del Amor.

Y elegir ahora si vas a permitir que un pensamiento en tu mente de culpa o de carencia por esa sensación de que el otro ya no esté, tome el control de tu experiencia presente.

A mí se me ocurrió entonces utilizar ese recuerdo, esa imagen del otro en mi mente, para cambiar las cosas y simplemente, cada vez que el otro aparece en mi mente y me acuerdo digo en silencio “gracias” “gracias por todas las cosas tan bonitas que hemos compartido” “gracias”.

Y entonces la experiencia se transforma. Sabes que el recuerdo no tiene poder para dictarte lo que vas a experimentar, porque eres tu quien lo está decidiendo.

Y además cuando bajas ese recuerdo de la mente al corazón, cuando sientes en ti todo ese cariño y ese amor que habéis compartido, te das cuenta de que ese amor no se ha ido. Que sigue ahí presente en ti y que siempre te acompañará, más allá de que quizás no vuelvas a ver a la otra persona. Entonces piensas en esa persona y sientes ese amor, que no es sino tu propio amor. Y sabes que nunca puede irse en realidad, que en algún nivel el otro nunca se ha ido y nunca se irá, porque forma parte de ti.

Te das cuenta de que en el fondo ese amor que parecía venir del otro, en realidad tampoco viene de esa persona, sino que estaba en ti porque todo lo que sentías al estar con él o ella lo estabas experimentando dentro de ti.

Te das cuenta de que todas las personas hacia las cuales puedas puedas sentir tristeza cuando piensas en ellas porque ya no están, o culpa, o rencor, están todas en tu mente. Todas esas relaciones siguen ahí y te das cuenta de que tu tienes la capacidad de sanarlas todas en el instante presente a través de la manera en la que elijas relacionarte con ellas.

Cuando te liberas y perdonas de esta manera de todo tu pasado, obviamente solo queda un espacio presente y abierto a las relaciones que aparecen en tu vida a cada momento.

Si el amor está en ti, nada de lo que sucede tiene realmente el poder de afectarte, a menos que tú lo decidas utilizando tus propios pensamientos. Hay pensamientos que generan contracción y otros que generan liberación. Los estamos eligiendo continuamente sin darnos cuenta.

Pero si me entreno en observarme, cuando yo me doy cuenta de que estoy sufriendo ÚNICAMENTE por lo que pienso AHORA, puedo soltar esos pensamientos y abrirme a aceptar pensamientos de liberación. De esta manera obviamente me estoy dejando libre para todas mis relaciones presentes y futuras, y estoy dejando libres todas las relaciones del “pasado”.

Y esa relación con esa persona del «pasado» en realidad es totalmente presente porque yo la recuerdo en este instante y veo que tengo la capacidad de utilizar ahora (y cada vez que me venga a la mente) su recuerdo para sentir amor y gratitud.

Y para enviarle amor, esté donde esté.

¡Wow! ¡Que inmenso poder tenemos! ¿Lo utilizamos?

Gracias siempre.

Con amor,

Maricarmen  Pérez Díez

Instructora de mindfulnessTerapeuta transpersonal y maestra de Reiki.

¿Me permites acompañarte? TERAPIA TRANSPERSONAL

amor, amor sin tiempo ni espacio, duelos, meditacion, pérdidas, relaciones de pareja, relaciones sin espacio ni tiempo, transcendencia, UCDM, un curso de milagros

Entradas relacionadas

2 comentarios. Dejar nuevo

  • Maravilloso texto Maricarmen. Logras explicar lo difícil de entender. Señal de lo que experimentas con frecuencia. Es probable que su lectura deje huellas en mi propio escribir sobre estos profundos temas del manejo de nuestro interior. Pero se que eso no te importará porque lo has creado para darlo con Amor. Muchas gracias.

    Responder
    • Maricarmen Pérez Díez
      26/04/2021 2:20 pm

      Muchísimas gracias José. Tus palabras me animan, no sabes cuanto, a seguir en este camino y te lo agradezco con todo mi corazón. Y muchas gracias también por todo el cariño que me llega de tí, lo siento aquí en mí. Un abrazo.

      Responder

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Rellena este campo
Rellena este campo
Por favor, introduce una dirección de correo electrónico válida.